Para los ondenses, a estas alturas de legislatura, es muy difícil creer en la transparencia y en la participación de todos en la toma de decisiones colectivas. Es cierto que Huguet derrocha gran cantidad de recursos públicos en vender humo y anunciar proyectos que jamás se hacen realidad, pero ni con esas consigue engañar ni un segundo más a mis vecinos.
Las sucesivas ediciones de los llamados Presupuestos Participativos son el mejor ejemplo de cómo el Cuatripartito ha conseguido que los ondenses acaben por perder la poquísima confianza que Huguet les inspiraba. Mis vecinos se quejan, con razón, de que nadie ha visto jamás cómo se abre la urna en la que se depositan sus ideas, o de que nadie conoce cuales son las propuestas que se hacen para mejorar Onda. Al contrario, tan sólo llega a la opinión pública un reducidísimo número de inversiones muy cocinado y poco creíble.
EL SUSPENSO en transparencia y participación es merecido. Quienes sí que obtienen una nota elevada son los ondenses que deciden participar y dedicar parte de su tiempo a mejorar la vida de los demás.
A esta realidad se une otra igual de decepcionante: La falta de cumplimiento de lo que se promete. En esta legislatura se han aprobado un total de 10 proyectos en el marco de los llamados Presupuestos Participativos. Tan solo se ha realizado 1. Es normal el elevado grado de frustración de los ondenses con Huguet.
El Corredor Verde del Río Sonella, el carril cicloturístico al embalse del Sitjar, el Casal de La Fira, una nueva biblioteca o la urbanización de la calle San Pedro son, entre otras, algunas de esas obras comprometidas que no se han realizado. Huguet ha realizado 1 obra de un total de 10. No es ninguna broma, aunque lo parezca. Es una triste realidad y un castigo inmerecido.

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