Ningún ciudadano entiende que se juegue con sillas en un momento en el que España afronta la peor crisis sanitaria, social y económica de su historia. Es tiempo de redoblar esfuerzos y de trabajar juntos para superar la pandemia sanitaria, para no dejar que ninguna persona se sienta desamparada y sin oportunidades, para que las familias sigan adelante, para que los jóvenes continúen formándose con una educación de calidad y para que quienes buscan un trabajo digno lo encuentren y tengan ilusión por ganar un futuro mejor.


Esos son los objetivos a los que dirigir los esfuerzos de todos. Pero también hay quienes no lo entienden de esa manera y creen que es un momento oportuno para jugar con las sillas, para repartirse gobiernos con mociones de censura, para desestabilizar regiones de España y para dar más dosis de incertidumbre y preocupación a los ciudadanos. Algunos hace tiempo que despegaron sus pies del suelo y no tienen ni la más remota idea de las preocupaciones y desvelos de los españoles. De hecho, es probable que no les hayan importado jamás.

Otros, por suerte la inmensa mayoría, sí que hemos entendido que es el momento de ofrecer certidumbre y de sumar esfuerzos. Ahora no hay siglas ni colores, hay necesidades a las que dar soluciones. Por eso es tan importante tener unas cuentas impecables como las de Onda y con un superávit de 2,3 millones de euros que vamos a destinar a multiplicar recursos para nuestros mayores, al cheque guardería, a las ayudas al comercio y autónomos y a hacer más accesibles nuestras calles. Es momento de gestionar y de hacerlo lo mejor posible, no de jugar a las sillas.


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